Las obras en la calle Ramón y Cajal siguen su curso. Unos trabajos que prevén la rehabilitación integral de esta céntrica calle y que se dividirán en dos fases para minimizar su impacto. Las obras comenzaron el pasado mes de septiembre y ya se ha levantado gran parte de la calzada, acotando los espacios en las aceras para el tránsito de peatones y para el acceso a los establecimientos comerciales.

Con el avance de los trabajos se han arrancado todos los árboles existentes hasta la fecha en esta calle, un hecho que el colectivo Queremos Ríos Vivos califica de «inaceptable». En un primero momento se arrancaron cuatro alcornoques, si bien al finalizar la semana ya no había ningún árbol en pie.

«Nos parece totalmente inaceptable que se trate así a unos árboles que están llenos de vida y en pleno crecimiento», advertían desde el colectivo, aprovechando para poner el acento en el despilfarro económico que supone plantar un árbol, mantenerlo en plenas condiciones para luego arrancarlo. «Plantar un árbol y mantenerlo en óptimas condiciones en el centro urbano de cualquier ciudad supone un desembolso económico, para nosotros bien justificado, que parece no importar en absoluto a nuestras autoridades. Los árboles se arrancan con ligereza sin pensar, al menos, en el coste que ello conlleva», advierten.

Una denuncia que recogió también el Grupo Municipal de Izquierda Unida que solicitó al Consistorio mirandés una mejor planificación de las obras para mantener el arbolado, así como las explicaciones pertinentes sobre por qué se han arrancado estos ejemplares «de forma negligente».

A pesar de las denuncias, finalmente se han levantado los 20 ejemplares existentes en la calle, por lo que de nuevo ambos colectivos piden explicaciones. «Los 20 árboles que contamos antes de empezar las obras ya no están», insisten desde Queremos Ríos Vivos, al tiempo que reconocen que algunos ejemplares «eran imposibles de recuperar y replantar».

Sin embargo se preguntan en qué estado están el resto de árboles y si el Consistorio tiene previsto replantarlos según avancen las obras en esta calle o en otros puntos de la ciudad. Del mismo modo IU advierte de que el equipo de Gobierno no ha contestado a su comunicado para conocer el estado de estos alcornoques, por lo que hacen extensible la denuncia del colectivo y demandan explicaciones a esta situación. «Queremos saber qué ha pasado con los árboles que quedaban, esperemos que se haya actuado con más respeto», insisten desde la formación. Por otro lado recuerdan que las mejoras urbanísticas «son compatibles con el respeto al arbolado» e insisten en que «hace falta más verde en nuestras ciudades».

Así las cosas desde Queremos Ríos Vivos consideran «fundamental» elaborar un «Plan de protección del Arbolado», siguiendo el ejemplo de otras ciudades de nuestro entorno como Vitoria, Segovia, Valladolid, Zaragoza, Madrid, que contemple un estudio de la situación de los árboles, la detección de posibles problemas que afecten al arbolado, la reposición de ejemplares en mal estado, el mantenimiento y conservación de las zonas verdes, así como la realización de podas respetuosas, la adaptación de las especies al clima y necesidades de la ciudad, o la protección de los ejemplares durante las obras y servicios que se realicen.

En este sentido recuerdan que en algunas ciudades como Sevilla existen también las llamadas “Directrices para la protección del arbolado frente a obras” que pueden formar parte del propio “Plan director de arbolado” o ser un documento independiente.

Además de todo esto, reiteran su petición al Ayuntamiento para que exista una mayor coordinación entre las diversas concejalías a la hora de acometer una obra o servicio en nuestra ciudad. «La concejalía de Obras y Servicios, Urbanismo y Medioambiente deberían ir de la mano en estas actuaciones para evitar este tipo de destrozos medioambientales», concluyen desde el colectivo.

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