La calle La Estación ha sido todo trasiego de gente durante la mañana de este sábado con la VIII Feria Gastronómica. Se trata de uno de los actos más aclamados por el público mirandés, que no duda en acercarse a disfrutar de los productos autóctonos de la comarca y alrededores.
En total han participado en esta edición 18 establecimientos comerciales dedicados a la venta de productos gastronómicos, en su mayoría elaborados artesanalmente. Les ha habido para todos los gustos, desde salados como el embutido o los encurtidos, hasta los más suculentos dulces. Todo ello maridado con los mejores vinos de la zona.
Entre los participantes, destacan productos locales como los que ofrece Brain Apple, empresa afincada en la ciudad que lleva años dedicándose a la sidra. Su gerente, Fernando Meana, destaca que es la primera que se ha fermentado en la ciudad, con un resultado «muy satisfactorio» según enólogos profesionales.
Brain Apple es la combinación homogénea de las tres expresiones de la manzana en un único producto sin alcohol, con un gran poder saciante de sed, que puede utilizarse también como refresco para combinados, o incluso para combatir la resaca.
Otro de los puestos de Miranda es el de Bodegas Término, que ofrece verdejo, chacolí, vermú y zurracapote. «Lo que más éxito tiene son el chacolí y el vermú, que son el alma mater de esta empresa», reconoce su gerente, Javier López.
Los asistentes a esta feria también han podido disfrutar de una buena oferta gastronómica foránea, con puestos procedentes de Navarra, País Vasco y Burgos. Encurtidos y conservas, chocolates, aceites, embutidos y vinos, son solo algunos de los productos que hemos podido encontrarnos paseando por la feria.
Varios de los puestos ofrecían además degustación de bebida y comida. Para ello la carpa de información del Ayuntamiento ofrecía cuatro tickets por valor de cinco euros, junto a la tradicional copa de vino.
Se trata sin duda de una de las actividades consagradas en el calendario de fiestas de la ciudad, no solo por el éxito de público, sino por la calidad de los productores que deciden participar en la feria.
