Tuvo lugar en el centro cívico Raimundo Porres de Miranda de Ebro y coincidió con los actos de homenaje y conmemoración del 78 aniversario de la liberación de Auschwitz que se celebraron en el Museo Memorial Auschwitz.

En el acto estuvo presente Eduardo de Ocampo, director del Departamento de Educación del Instituto Nacional Auschwitz y Secretario de la Cátedra de Derechos Humanos y Cultura democrática-Instituto Auschwitz de la Universidad de Burgos, (UBU), acompañado por la alcaldesa Aitana Hernando y la concejala de igualdad y memoria histórica Begoña González.

Dijeron como Europa fue un enjambre de campos y subcampos donde millones de personas sufrieron como poco la privación de libertad. En ellos se daban cita las peores y más vergonzantes acciones humanas. Entre sus muros, barracones y alambradas dominaban el miedo, la violencia, el abuso, las vejaciones, torturas, hambre, enfermedades, castigos inhumanos, explotación y asesinatos.

Afirmaron que fueron herramientas de un terror indiscriminado. Un terror que volaba por encima de las alambradas y los puestos de guardia. Siempre con la amenaza de poder ser atrapado e ingresar en sus recintos. Y desde fuera, padres, madres, hermanos, hijos, novias, etc…, sabedores e ignorantes al mismo tiempo de la suerte de sus seres queridos.

Hay voces que apuntan a eliminar estas instalaciones bochornosas. A estas voces se oponen las contrarias que entienden el poder educativo y emocional que ofrecen a las nuevas generaciones. De otra manera, estos hechos caerían en el olvido.

Concretaron que es importante que sepamos cómo es nuestra naturaleza humana para prevenirnos de ella. No en vano, los prisioneros se prometían unos a otros contar lo que allí pasó. Ahora nos toca a nosotros tomar el relevo de esa promesa.

En referencia a la actual guerra en Ucranias, creen que si en esta guerra no se están viendo campos de refugiados es porque la sociedad civil, y la polaca en particular, ha acogido en sus hogares a millones de personas desplazadas. El caso polaco es admirable ya que han dejado atrás los rencores que quedaron de la II Guerra Mundial entre Ucrania y Polonia.

De todos los campos, Auschwitz es el icono que representa los monstruos que nacen del sueño de la razón. Tanto por el volumen de personas asesinadas como por los procedimientos utilizados para ello y el trato salvaje que se aplicó a los prisioneros. Fue liberado un 27 de enero de 1945, hace 78 años. El campo de Miranda, también con una notable trayectoria criminal, se cerró casi dos años después, el 13 de enero de 1947. 76 años.

Auschwitz y Miranda de Ebro, dos ciudades colocadas en los extremos de Europa, conservan el recuerdo de una época ominosa que no podemos permitir salga de la Memoria, añadió.

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