Miranda de Ebro honró este lunes a su patrona, la Virgen de Altamira, en una Ofrenda Floral en pequeño formato, que tuvo que trasladarse a la iglesia de Santa María por la amenaza de lluvia. Se trata del acto central de las fiestas patronales de la ciudad, donde los mirandeses dedican flores, poemas, música y bailes a la Virgen.

En esta ocasión, las previsiones meteorológicas obligaron a buscar un plan B, y celebrar la tradicional ofrenda bajo techo, lo que impidió a centenares de mirandeses que habitualmente se congregan en la plaza de España, disfrutar de la ceremonia.

Salvo el cambio de ubicación, todo transcurrió según los previsto. La ceremonia arrancó puntual, con la Virgen de Altamira, engalanada para la ocasión, presidiendo la iglesia. Representantes de todas las instituciones ofrecieron su ramo a la patrona.

A las tradicionales ofrendas de Ayuntamiento, Diputación, Junta, Protección Civil o los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, se sumó como novedad una representación de Los Reales Tercios de España, que por primera vez participaban en la ofrenda. Esta asociación se ha comprometido a escoltar a la Virgen en la procesión de los faroles el próximo año. Tampoco se perdieron la ocasión el resto de cofradías de la ciudad, así como las hermanadas con Miranda, y las asociaciones mirandesas, que no quisieron perder la oportunidad de honrar a su patrona.

Los ramos, de cerca de setenta colectivos, fueron cubriendo la escalera de acceso al altar de la iglesia, a los pies de la Virgen. Mientras tanto, los bailes y poesías del concurso engalanaban la ceremonia.

Palabras de cariño y amor hacia Altamira, que dedicaban los niños mirandeses, organizados en varias categorías. También los adultos ensalzaron con sus poesías a la patrona. Amaia Martín, Laura Martínez y Nicolá de Miguel ganaron el concurso infantil, y Manuel Sánchez el de adultos.

Durante el acto también hubo bailes y tradición, y pudimos disfrutar de las actuaciones en formato reducido de Familia Castellana, Jacinto Sarmiento, Anduriña y Mies, que tomaron el pasillo central de la iglesia. No faltaron tampoco la Coral Orbe, que interpretó el himno a la Virgen de Altamira, junto a la Banda Municipal de Música.

El momento más emotivo llegó con el homenaje a Benito Pobes. Su mujer, Marilí Martínez, dedicó unos versos al que fuera presidente de la Cofradía, y impulsor del certamen de poemas.

Sin Procesión de los Faroles

Aunque la lluvia respetó la ofrenda, no ocurrió lo mismo con la Procesión de los Faroles, que finalmente tuvo que cancelarse, a pesar de haber reunido a los voluntarios necesarios para sacar todos los faroles.

60 piezas y siete misterios que habían salido a la calle para protagonizar otro de los actos centrales de la jornada, pero que rápidamente tuvieron que regresar al museo de la Plaza de España sin poder lucirse en procesión.

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