Este domingo, a las 18:15 horas, el Club Deportivo Mirandés visita al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López. Una salida complicada, máxime en este arranque de temporada en el que los de Ramis están dejando buenas sensaciones, y en el que las dudas han aparecido en las últimas jornadas en las filas rojillas. Y más porque en liza no estará el que se ha convertido en los dos últimos cursos en el más insustituible de los rojillos; Víctor Meseguer.
El murciano fue una importante apuesta de la Dirección Deportiva, pagando incluso traspaso por hacerse con sus servicios, y desde el primer día demostró el buen ojo de Chema Aragón. Fue intocable con José Alberto, participando en 38 de los 42 partidos ligueros del pasado ejercicio (34 partiendo en el once inicial) y acumuló 2.985 minutos de juego, solo superado por Javi Muñoz (3369), Víctor Gómez (3.260), Lizoain (3.240) y Berrocal (3.157). Solo se perdió cuatro encuentros de Liga SmartBank el murciano: los de las jornadas 6, 7 y 8 por lesión y la visita de Las Palmas a Anduva finales de enero por sanción al acumular cinco amonestaciones.
En este arranque de Campeonato, y a pesar de que durante todo el verano han sonado cantos de sirena para el ‘8’ rojillo, nada ha cambiado. Arrancó la temporada Meseguer en el banquillo en La Rosaleda por molestias, pero en el descanso Escobar tiró de él, lo que el equipo notó. Y en los posteriores encuentros no se había perdido ni un solo minuto hasta que en el minuto 72 del partido ante el Alcorcón vio la segunda amonestación: 386 minutos ya de juego.
La ausencia de Meseguer es, además, un evidente quebradero de cabeza. Lo era para José Alberto López y lo es para Lolo Escobar. Tanto el asturiano como el dombenitense se han ‘enamorado’ de las prestaciones del murciano: trabajo, control del juego, buen pie, poderío físico… “se ha comido la categoría”, aseguraba Chema Aragón al ser cuestionado sobre las ofertas existentes. Y es indudable que su rendimiento es notable y su potencial aún mayor, por lo que sustituirle es siempre complicado.
En la Rosaleda, cuando estaba el entonces ‘26’ tocado, Escobar optó por un centro del campo con Oriol Rey en el pivote y Rementería y Gelabert por delante. El Málaga fue superior, hasta que Meseguer ingresó al terreno de juego y pasó el Mirandés a ser dueño y señor del partido y merecer el triunfo.
Las opciones que se presentan al exentrenador del Salamanca son múltiples. La primera y más evidente, regresar al planteamiento de Málaga, con Rey en el eje. La segunda, situar en esa posición a Álex López (solo dos titularidades por el momento) para mantener al catalán como interior. Y como terceras y cuartas opciones, retrasar a Rementería, aunque el vasco es un jugador al que en el club ven con menos condiciones para la posición de pivote; o adelantar a un central, ya sea Arroyo o Capellini, ya que ambos han jugador en determinados momentos de su aún corta carrera en la posición.
