Tras un año de parón a consecuencia de la pandemia, el Día del Ermitaño ha regresado a Miranda de Ebro este domingo, en una emotiva jornada en la que a pesar de sacrificar varios eventos, no faltaron las ganas de reunirse y festejar esta tradicional fiesta.
Unos 200 sanjuaneros se volvieron a dar cita ayer en el paraje de La Laguna, para homenajear al Ermitaño, con una programación especial, con aforos y formato reducido para garantizar la seguridad de todos los asistentes. De esta forma los actos comenzaron a las 10:00 horas con la tradicional misa de campaña en la que el público estuvo sentado y guardando las distancias.
Todos los asistentes recibieron además el tradicional pañuelo conmemorativo de esta jornada, que tiñó desde primera hora de la mañana la explanada del La Laguna.
Una vez concluida la misma, los asistentes disfrutaron de la música del Orfeón mirandés, el ochote «Amigos de San Juan» y de la Banda Municipal de Música. Sin embargo las circunstancias actuales han obligado a sacrificar varios actos, como la comida de campaña, el reparto de los bollos preñados, o las actividades para el público infantil, que la Cofradía de San Juan del Monte espera recuperar el próximo año.
El presidente de la Cofradía, Álvaro de Gracia, aprovechó su intervención para avanzar las novedades que tienen previstas para este nuevo curso. La propuesta principal es una iniciativa turística puesta en marcha en colaboración con el Ayuntamiento de Miranda que consistirá en un recorrido completo a la ciudad pasando por los monumentos más representativos de la tradición sanjuanera.
Por otro lado, De Gracia también ha avanzado que la Cofradía está trabajando en un video documental que recordará la suspensión de las fiestas de San Juan del Monte por dos años consecutivos, con el objetivo de que sirva de legado para futuras generaciones.
El Día del Ermitaño es uno de los festejos más representativos de Miranda de Ebro y uno de los primeros actos recogidos dentro del programa de las fiestas patronales de Altamira. Cada primer domingo de septiembre la Cofradía de San Juan del Monte reunía a los sanjuaneros en el paraje que alberga la figura del Ermitaño, esculpida por Alejandro Almarcha en los años 80.
Cientos de mirandeses se daban cita para escuchar la tradicional misa de campaña y recibir el pañuelo. Después comenzaba la verdadera jornada festiva, con el reparto de los bollos preñaos y la música de las charangas. El colofón a esta fiesta era la comida popular que reunía a más de 500 mirandeses.
