En medio de las fiestas de San Juan del Monte, el Club Deportivo Mirandés ha dado una auténtica demostración de como jugar un partido de Play-Off.
Sí, los rojillos han empatado a 3 ante el Racing de Santander y sí, algunos goles han sido evitables, pero el cuadro jabato ha merecido ganar y ha plantado cara a los cántabros en El Sardinero.
Anduva debe ser una auténtica caldera este jueves y llevar a su equipo en volandas en el partido más importante de sus 98 años de historia.
Alessio Lisci llegaba con toda la plantilla disponible (comentó en la rueda de prensa posterior al partido que Juan Gutiérrez estaba tocado) y los rojillos salieron con todo, teniendo de referencias en punta a Urko Izeta y Joaquín Panichelli.
No iba a ser tarea fácil dado que en frente tenía a un auténtico equipazo y que seguro que iba a apretar mucho en su estadio ante más de 20.000 personas.
Y así fue durante los primeros diez minutos porque después el Mirandés se hizo con el control del partido y supo manejar el esférico y saber cómo hacer cosquillas al conjunto dirigido por José Alberto.
De hecho Alberto Reina tuvo la primera ocasión en el minuto 22 de encuentro, pero Ezkieta le negó el gol. Sin embargo, el Mirandés se lo creía y estaba muy cerca del tanto.
Tanto es así que al llegar a la media hora de encuentro lo iba a conseguir. Panichelli regalaba el balón a Izeta, quien remataba a placer y silenciaba El Sardinero.
El Mirandés se había adelantado y quería más. Y tanto quería más. Solo tres minutos después, una impresionante internada de Hugo Rincón finalizaba con un impresionante disparo que ponía el 0-2 ante la incredulidad de los locales.
El Mirandés estaba sometiendo al Racing y estaba mereciendo ganar. Sin embargo, a veces los jugadores también fallan. Y Lachuer regalaba el balón a Andrés Martín, quien asistía a Íñigo Vicente y recortaba distancias en el marcador.
Los cántabros se crecían y querían sacar a relucir toda la calidad que atesoran en sus botas. El Mirandés no obstante sabía que era superior e incluso Izeta pudo poner el 1-3 antes del descanso, pero finalmente el colegiado indicó el camino a vestuarios.
La segunda parte comenzó prácticamente como la primera. Lisci dio entrada a Víctor Parada ante los problemas físicos de Juan y el Mirandés no salió a especular.
Entre Izeta e Iker Benito estuvo el tercer gol de los rojillos, pero ninguno estuvo acertado y perdonó el tanto. El segundo lo repelió Ezkieta y el segundo definió muy alto.
Sin embargo, quién sí iba a estar acertado era Alberto Reina tras un centro de Panichelli (tres asistencias del argentino, qué jugador). Los rojillos aumentaban distancias y ponían un sorprendente para muchos 1-3 en El Sardinero.
En los minutos de después, el cuadro de Miranda de Ebro pudo incluso aumentar distancias y marcar el cuarto, pero no estuvo acertado. José Alberto introdujo varios cambios y dio entrada a Sangalli o Maguette.
Esto le vino bien a los cántabros quien poco a poco iban apretando más, aunque el Mirandés estaba defendiendo bien y tampoco pasaba excesivos apuros.
La fortuna estuvo esta vez a favor del Racing y puso el 2-3 en el marcador de la mano de Andrés Martín, quien se encontró el balón tras un disparo de Maguette.
El partido se convirtió en un auténtico ida y vuelta. El Mirandés, lógicamente, quería ralentizar el encuentro y el Racing quería jugar todo lo posible porque se creía el poder empatar.
Y toda la mala fortuna se decidió en el descuento. Primero fue Andrés quien marcó el 3-3, pero el VAR indicó fuera de juego y el gol no subió al marcador.
El cronómetro seguía y el partido ya había cumplido los minutos de descuento. El colegiado no pitaba y en una jugada rocambolesca, Julio Alonso, quien acaba de entrar, se marcaba en propia puerta ante el delirio de los cántabros.
Fibalizaba así el encuentro con empate a 3. Un resultado que da rabia a los aficionados rojillos, pero del que solo se puede sacar una conclusión: este Mirandés es muy capaz de pasar a la final del Play-Off. Anduva dictará sentencia.
