Corrían las seis de la tarde del pasado domingo cuando la ilusión se desbordaba entre los niños mirandeses. Y es que sus majestades los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar llegaban a la estación de trenes entre gritos y vítores. 

El sol se ponía en la ciudad y cientos de personas salían a las calles para recibir a Sus Majestades. Mientras los tres se subían en las carrozas que les había preparado los grupos Trotamundos, Arco Iris y Más que Matillas, los niños de los colegios Los Ángeles, Matillas y Príncipe de España, se disponían para escoltarles. 

También la tradicional Banda Municipal de Música, el grupo motero GRAM0, así como los grupos folclóricos Jacinto Sarmiento y Familia Castellana y la batucada Batuskirla.

El desfile avanzó por la calle de La Estación mientras los caramelos sobrevolaron a los cientos de mirandeses agolpados en las calles. Y es que la comitiva se dirigía a una Plaza de España agolpada de niños y niñas con sus peticiones y cartas listas.

Allí, se dispuso de un Belén Viviente, donde Melchor, Gaspar y Baltasar adoraron al niño Jesús ante la mirada de niños y adultos ilusionados, puesto que más adelante se iban a colocar en los soportales del Consistorio para escuchar a todos ellos.

No sin antes pasar por el Ayuntamiento de Miranda de Ebro, donde se dirigieron a los niños animándoles a irse a dormir temprano y felicitándoles por haberse portado bien. Además, de tener un recuerdo para la gran temporada del Club Deportivo Mirandés.

Aitana Hernando, alcaldesa de la ciudad, quién les recibió en el Consistorio, también mostró su ilusión por un día marcado en la agenda mirandesa y recalcó la alegría que trae la cabalgata a las calles de Miranda de Ebro.

En esta línea, Montserrat Cantera, concejala de Festejos, también mostró su satisfacción e ilusión por la llegada de los Reyes Magos a la ciudad.

Sin duda, se trata de uno de los días más especiales para los niños y niñas de Miranda de Ebro. Una emoción que se podía reflejar en las caras de Nora y Noelia, quienes contaban todos los regalos que habían pedido.

Se cerraba así un año más la tradicional cabalgata de Reyes en una tarde donde muchos adultos volvieron a ser niños y donde los más pequeños volvieron a llenar de emoción y alegría las calles de Miranda de Ebro.

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