El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Miranda de Ebro ha sido testigo la mañana de este jueves de aquellos juegos a los que nuestros mayores jugaban cuando eran pequeños.
Y lo ha hecho de la mano de «Jugando entre recuerdos» , un recopilatorio a cargo del Servicio de Ayuda a Domicilio del Consistorio y de Senior Servicios Integrales, la empresa gestora.
Mari Carmen, Eladia, Vicenta, Vicente, Blanca, Mari Carmen, Lourdes, Antonio y Cristina han sido los encargado de enseñar aquellos juegos que durante su infancia disfrutaron.
Acompañados de Pablo Gómez, concejal de Servicios Sociales, y Laura Cantero, delegada social de Clece, los mayores se han reunido para presentar entre sonrisas y recuerdos este proyecto.
«Con este proyecto hemos querido poner en valor a nuestras personas mayores como transmisoras de sabiduría popular. Mediante un ejercicio de reminiscencia, y evocando sus infancias, han recordado una época feliz en la que no abundaban los recursos pero sobraba imaginación», explicaba Cantero.
Y es que se han tratado juegos como el diábolo, la pica, la rayuela, el sogatira, las tabas, las muñecas de trapo o los alfileres. Incluso muchos de ellos realizando demostraciones ante la mirada de los asistentes.
«Gracias a nuestros usuarios y usuarias hemos recogido diez juegos de hace décadas en los que se utilizaba aquellos que se tenía más a mano para pasar un buen rato y eso es exactamente lo que pretendemos que hagan los niños y niñas que reciban esta publicación», añadía Cantera.
A fecha de hoy, el Servicio de Ayuda a Domicilio cuenta con 275 usuarios y cada uno ha tenido un recorrido vital diferente, pero todos tienen algo en común: una infancia de juegos en la calle y multitud de risas.
Eladia López, de 95 años, contaba como pasaba las tardes jugando al diábolo porque «era capaz de lanzarlo muy alto y mantenerlo en el aire con precisión» .
Vicenta, quien hacía sus propias muñecas de trapo, contaba como le «gustaba hacer las cosas» ella sola y añadía que «estoy muy orgullosa de que estemos todas juntas aquí».
«Solía jugar con dos o tres amigas, colabarámos todas» , rememoraban entre sonrisas, mientras que también recordaban cuando no habían tantos coches y se podía jugar en la calle.
Sin duda, unos recuerdos muy especiales y destinados al desarrollo cognitivo y motor como destacan desde la organización.
«El juego potencia la creatividad y la imaginación, ayuda a socializar, a gestionar la frustración así como a resolver conflictos», detallan.
Senior Servicios Integrales preguntó a los usuarios aquello con lo que pasaban su tiempo cuando eran niños y de esa investigación ha surgido un trabajo hecho «con mucho tiempo y cariño» que esperan poder transmitir a los más pequeños para que conozcan aquellos juegos con los que sus mayores pasaron la infancia.