El proyecto pionero de rehabilitación cardiaca en el medio rural impulsado de manera conjunta por la Gerencia de Atención Primaria y el Complejo Asistencial Universitario de Burgos (CAUBU) estableció que los pacientes fueran seleccionados desde el Servicio de Rehabilitación Cardiaca del CAUBU, con base en una serie de circunstancias concretas que habilitaban su participación. De este modo, aquellos que después de un evento cardiaco se consideraron de bajo riesgo pudieron pasar a manos del equipo de rehabilitación cardiaca del Centro de Salud de Salas de los Infantes, una vez terminado su periodo hospitalario.

La rehabilitación cardiaca comenzó con una primera consulta médica, en la que se realizaron una serie de test y escalas que determinan factores como la adherencia a la dieta mediterránea o su estado de ánimo, otra con enfermería y una última con fisioterapia. La idea era tener una idea integral del estado de salud del paciente tras el evento cardiaco. Así, de las dos primeras citas surgió un seguimiento, analíticas incluidas, para poder ver su evolución a nivel metabólico, de modo que el paciente en todo momento contaba con un programa definido con el profesional de referencia.

A partir de aquí comenzaron las sesiones en la sala de rehabilitación de Salas de los Infantes, que se iniciaron el 15 de abril. La cantidad de sesiones vino marcada desde el HUBU (entre 18 y 20 en estos pacientes en concreto) y se van aumentando en intensidad, basándose en su frecuencia cardiaca y escala de Borg (valoración de disnea y esfuerzo). Estas intensidades vienen determinadas en la fórmula de Karvonen para trabajar al 50, 60 y 80 % de su frecuencia cardiaca máxima de esfuerzo.

Durante la primera fase, su profesional de enfermería les tomó las constantes (tensión arterial, saturación, frecuencia cardiaca, peso) realizando, acto seguido, un calentamiento previo al ejercicio. Los pacientes continuaron con la realización de una media hora de trabajo aeróbico seguida de trabajo con pesas, para acabar con una vuelta a la calma y relajación.

Por lo general, después de un evento cardiaco, su respuesta a sus actividades diarias (actividades físicas, desempeño en el trabajo, a nivel de relaciones sexuales…) se ven alterados por miedos acerca de si su corazón va a estar capacitado. Así, además de afianzar conceptos saludables sobre estilos de vida, se contribuye a evitar futuros eventos cardiacos. De ahí la importancia que se le da a la educación para la salud, además de a la actividad física, ya que el estado emocional de estos pacientes puede influir en gran medida en su recuperación.

Durante el tiempo de ejercicio aeróbico, se aprovecha para dar educación en prevención y promoción de la salud, bien con charlas dirigidas o vídeos. Esta formación se lleva a cabo por el profesional de enfermería o por el fisioterapeuta tratando temas como la alimentación, la ingesta de sal, técnicas de relajación, RCP básica, etc. Los integrantes del proyecto se han implicado con dinamismo, así como el equipo profesional del Centro de Salud de Salas. Por último, se han pasado encuestas de satisfacción a los pacientes integrados dentro del proyecto, reflejando una muy buena acogida de esta iniciativa por todos ellos.

El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez Ramos, ha conocido el proyecto piloto de rehabilitación cardiaca en el ámbito rural puesto en marcha este año en el Centro de Salud de Salas de los Infantes -de manera conjunta entre la Gerencia de Atención Primaria y el Complejo Asistencial Universitario de Burgos (CAUBU)-. El primer ciclo con pacientes de bajo riesgo ha concluido de manera satisfactoria, constituyéndose como ejemplo del compromiso de la Junta de Castilla y León para acercar la asistencia sanitaria de calidad a los habitantes que viven alejados de los hospitales.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí