Uno de los bombazos más largos que se recuerdan. Esther Rodríguez y Rodrigo Fernández, sanjuaneros mayores, pusieron a saltar y a gritar a una Plaza España abarrotada. La lluvia no pudo con un sentimiento que inundó de emoción y alegría a toda Miranda de Ebro en uno de los actos más representativos de las fiestas de San Juan del Monte.

Hacia las 18h de la tarde, el Bombo comenzaba a abrirse paso por las aguas del río Ebro. Esta vez con menos problemas que por la mañana con el infantil. Cientos de mirandeses, ataviados con sus blusas y pañuelos, presenciaban como este salía del agua. La Orden del Bombo trasladó entre vítores y mucha emoción el famoso instrumento hacia la Plaza España. Todo presidido además por el Santo.

Mientras, cientos de sanjuaneros y sanjuaneras aguardaban en una plaza de España absolutamente llena. Una espera que se hizo corta por la música que sonaba a través de los altavoces y que animó a un público de todas las edades.

Entre música y gritos, la multitud que se congregó en la Plaza España estallaba de emoción cuando vio aparecer el bombo por los soportales del Ayuntamiento. El bombo ya se dejaba ver para la emoción de todos los sanjuaneros y sanjuaneras.

Y entonces llegó el momento. Los bombistas mayores pidieron que el bombo saldría y este apareció en el balcón del Ayuntamiento ante los gritos de «Ese bombo». La multitud se descontrolaba y la emoción se extendía por todos los presentes. Rodrigo Fernández y Esther Rodríguez, sanjuaneros mayores, con mucha emoción y alegría comenzaron a golpear el bombo con todo el sentimiento sanjuanero que se puede llegar a tener.

Los mirandeses, con mucha emoción y alguna que otra lágrima, correspondían los deseos de los sanjuaneros y sanjuaneras. Animando a toda la plaza, Rodrigo y Esther corearon al unísono algunos de los cánticos que los cientos de mirandeses y mirandesas mientras las serpentinas y cohetes salían del quiosco de la Plaza España.

Tras acabar el Bombazo, tanto Esther como Rodrigo habían perdido la noción del tiempo. Aunque más «tranquilos» como decía el sanjuanero mayor, apenas tenían palabras para explicar como se habían sentido.

Roberto López de Davalillo, presidente de la Cofradía, no podía ocultar la enorme sonrisa y satisfacción. A pesar de que la lluvia hizo acto de presencia durante el Bombazo, se mostraba «encantadísimo de la vida».

Aitana Hernando, alcaldesa de la ciudad, definía como «espectacular» y como «una maravilla» a un Bombazo en la que la Plaza de España se encontraba abarrotada.

Así los mirandeses y mirandesas pusieron fin a uno de los momentos más especiales de todas las fiestas de San Juan del Monte. El bombo se abrió paso entre las aguas del río Ebro y durante estos días cientos de locales y foráneos disfrutarán de unas fiestas muy especiales a las que la lluvia no podrá opacar.

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