El Ayuntamiento de Miranda de Ebro ha amanecido engalanado esta mañana con decenas de bufandas rosas. Una muestra de apoyo a la investigación en el Día Mundial del Cáncer de Mama, una dolencia cuya supervivencia ha mejorado de manera notable en las últimas décadas, pero que sigue precisando investigación. Especialmente en el caso del cáncer de mama metastásico, en el que este año se ha centrado buena parte de las campañas emprendidas y que han tenido como lema #ElRosaEsMásQueUnColor.
En la localidad mirandesa, además, la fachada del Ayuntamiento se iluminará esta noche de rosa y durante los últimos días los mupis han ofrecido información sobre la campaña ‘El rosa es más que un color’. Y el pasado domingo 400 personas se sumaron al ‘Paseo Rosa’ organizado por la Fundación Giafys.

También desde Giafys se ha aprovechado la jornada para impulsar la labor divulgadora. Así, en la Casa de Cultura se ha celebrado esta tarde (con la colaboración del Ayuntamiento y la Fundación laCaixa) la jornada ‘Tengo cáncer de mama. Y ahora, ¿qué?’ en la que junto a Koro Quevedo han participado Pilar Ruiz Salazar, Eva Martínez Herrero y María Luz Eguiluz Ozalla, todas ellas supervivientes de la dolencia.

El compromiso de la sociedad, la visibilidad que se ha generado a este cáncer y el apoyo a su tratamiento e investigación es un hecho. Las diferentes campañas han resultado exitosas, y así se ha reconocido desde la AECC (Asociación Española contra el Cáncer) en Burgos, que un año más se ha volcado con esta celebración. Porque, a pesar de las grandes mejoras en el diagnóstico precoz, avances en tratamientos, protocolos en medicina de precisión y cirugías menos invasivas, queda mucho por hacer.
No obstante, como apuntan desde la asociación, la mitad de las mujeres que se enfrentan a un cáncer de mama sufren un gran impacto psicológico, y aún son más las que presentan ansiedad y/o tienen miedo al futuro y a las recaídas: un 70 por ciento.
Pero no solo físicas y psicológicas son las secuelas, ya que esta enfermedad también supone importantes perjuicios económicos para sus víctimas. El 70 por ciento de las mujeres que lo padecen han perdido salarios o ingresos. Y un 15 % se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad debido precisamente a esa pérdida económica.
En lo organizativo, con #ElRosaEsMásQueUnColor se ha querido visibilizar especialmente este 2022 las consecuencias del cáncer de mama metastásico, en el que es preciso aumentar la supervivencia, objetivo en el que se están centrando muchos esfuerzos. Por ejemplo, se estima que un 30 por ciento de las pacientes con cáncer de mama en grado I, II o III desarrollarán metástasis con el tiempo. En el estadio IV la enfermedad ya se ha expandido a otras zonas distantes del cuerpo de la víctima, una situación en la que se encuentra entre un 5 y un 6 por ciento de las víctimas al recibir el primer diagnóstico.
En estos momentos, la supervivencia a cinco años del cáncer de mama metastásico se sitúa en torno a únicamente un 25 por ciento, motivo que ha propiciado que se enfoquen los objetivos en este grupo de víctimas y en la necesidad de incrementar las partidas para investigación.
También en hombres
Todo ello sin olvidar que también hay hombres que tienen cáncer de mama. Aunque el porcentaje es muy pequeño, apenas un 1 %, son parte de este movimiento y, por tanto, el rosa también les representa a ellos. También necesitan apoyo, ayuda y más investigación.