El lunes, a partir de 12:30 horas, comenzará en la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León la vista sobre el recurso de apelación contra la sentencia dictada por el Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Burgos contra David D.J. en el conocido como ‘crimen del escayolista’. El acusado de la muerte el 26 de abril de 2019 de Fernando Javier M.G. fue considerado culpable de asesinato por el jurado y condenado a 19 años de prisión por el juez.

Tras conocerse a finales de noviembre de 2021 la decisión del jurado y a mediados de diciembre la sentencia, el hombre acusado de “causar la muerte intencionada” de la víctima presentó un recurso que ahora se estudiará. Solicitó también la libertad provisional hasta la celebración de la vista, algo que la justicia declinó.

Ahora, será el TSJ quien determine la condena definitiva de David D.J, de quien el jurado dijo que había acudido armado a la casa de la víctima para dispararle por la espalda y dejarle desangrarse durante más de media hora sin darle la posibilidad de pedir ayuda hasta morir. El jurado descartó en menos de un día que el disparo que acabó con la vida del escayolista fuera accidental, como defendía la defensa del acusado, quien mantiene ahora la tesis para pedir una rebaja sustancial de la pena. Alega la defensa que el asesino sufría síndrome de abstinencia por su adicción o incluso una intoxicación que habían mermado sus facultades, algo que no puedo probar.

Tras este veredicto, la Sección 1ª de la Audiencia Provincial condenó a David D.J. a una pena total de 19 años de prisión: 18 años como solicitaba el fiscal por asesinato con alevosía (se especificó que en caso de prestar atención médica a la víctima podría haber vivido, ya que las heridas no habían dañado órganos vitales) y uno año más por tenencia ilícita de armas.

No fue el único, ya que el resto de implicados en el luctuoso suceso también fueron declarados culpables: a Jonathan G.C. y Cristian S.A. se les condenó a penas menores por sendos delitos de encubrimiento tras confesar ambos mirandeses que se encargaron de deshacerse del cadáver.

Una macabra historia de drogas y desconfianza

La relación entre la víctima y el asesino se debía al presunto tráfico de drogas de David D.J., un ‘negocio’ al que se sumó Fernando Javier M.G. tras quedarse en paro por la caída en el trabajo en construcción. El disparo contra la víctima se originó al sospechar el acusado que la víctima había hecho desaparecer kilo y medio de cocaína.

De la condena impuesta, David D.J. ya ha cumplido más de dos años, ya que poco después del crimen (perpetrado el 26 de abril de 2019) fue detenido como principal sospechoso, siendo internado en la cárcel de Burgos. El cadáver apareció en el río en Montañana días después, donde le arrojaron Jonathan G.C. y Cristian S.A.

Desde que se descubrió el cadáver de Fernando hasta que se detuvo al asesino pasaron tres semanas porque, pese a que la Policía ya tenía indicios suficientes, hubo que esperar para no interferir en una operación de la Guardia Civil contra la red de tráfico de drogas que tenía integrantes en varias ciudades y de la que David D.J. formaba parte. La entrada en el domicilio del asesino y el resto del clan familiar en un edificio de la calle Rioja se produjo el 23 de mayo de 2019, casi un mes después de la muerte del escayolista. David D-J. ha solicitado, durante su estancia en prisión, la libertad provisional también para entrar en una clínica de desintoxicación de su adicción a las drogas, algo que fue negado por la magistrada.

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