Como decían las previsiones meteorológicas, Miranda vivió una tarde desapacible al concurrir los vientos racheados, la lluvia intensa y las bajas temperaturas.

Son las consecuencias de la borrasca Ernest que azota el Cantábrico de manera intensa y en especial en el Golfo de Vizcaya, cuyas influencias llegan con fuerza Miranda, aunque lejos de esas rachas de 120 Kms que azota la costa norte.

El mal tiempo, no fue impedimento para salir a las calles y muchos acercarse a las pocas terrazas abiertas para hacer un alto y disfrutar de alguna bedida caliente a resguardo.

Las luces de Navidad, ya brillan en Miranda y son la compañía perfecta en la próximas y atípicas navidades.

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