La agónica situación de la hostelería a nivel nacional, está cobrando tintes dramáticos y muy preocupantes. Si ayer viernes Miranda lanzaba un S.O.S, hoy en la capital los hosteleros ven imposible sobrevivir al final de año, con en esta situación.
Manifiestan que mientras crece la incertidumbre sobre cuándo y en qué condiciones se les dejará regresar a sus locales, las diferentes administraciones públicas se pasan el balón unas a otras para ver quién tiene que ayudar. Los días pasan y la situación de muchas familias y empresas va agravándose por momentos, y dicen que ya no pueden aguantar más.
Aclaran que son conscientes que la salud es lo primero y por eso, en sus establecimientos, siempre han adoptado las oportunas medidas de seguridad.
Por ello, creen que no les queda más remedio que llevar a cabo el primer acto de desobediencia civil tras el inicio de las restricciones. Por eso este sábado 28 de noviembre, la hostelería de la ciudad abrirá sus puertas en dos franjas horarias: de 12.30 a 14.30 horas y de 18.00 a 22.00 horas.
Lo hacen no para realizar la actividad ordinaria, sino como advertencia a las administraciones de que necesitan, de manera inmediata, medidas que acaben con las restricciones y les permitan trabajar.
A las 12.00 horas, se leyó un manifiesto en la Plaza Huerto del Rey, para decir que «no pueden quedarse de brazos cruzados, viendo caer empresas, sabiendo que muchos compañeros no volverán a levantar las persianas, mientras las distintas administraciones se pierden en reuniones, planes, proyectos e ideas para el futuro.»
Se han sumado mas de 100 establecimientos al manifestó en el que apuntaron además, que las terrazas son insuficientes para salir adelante, a la vez que reivindican que ellos son la mejor alternativa para evitar el botellón y las reuniones sociales descontroladas, que sí son el verdadero origen de los contagios.