Era la despedida de Joseba Etxeberria como entrenador y de Chema Aragón como director deportivo. Y de buena parte de una plantilla plagada de cedidos. Un fin de ciclo en toda regla que se quería cerrar de la mejor forma posible. Con victoria. La que otorgaba los 55 puntos en la clasificación. Pero no pudo ser. La acariciaron apenas un minuto, tras ese tanto inicial de Manu García. Pero duró eso, segundos. Porque el Albacete igualó por medio de Bolívar en el 49 y puso la distancia definitiva, el 2-1, en el 88.

A un primer tiempo de vaivenes, a tenor de ser un partido ya con los deberes de CD Mirandés y Albacete Balompié cumplidos, cabe destacarle la titularidad de un Ziga Frelih -bajo palos- que cumplió con la exigencia del guion. Debut en la meta rojilla con buenas sensaciones. Firme en los mano a mano con Escriche y especialmente expeditivo con los pies para salir jugando.De ida y vuelta, el Mirandés arrancaba mejor con una ocasión clara para Salinas a pase de Raúl. Es lo poco que aportaría hoy el pichichi jabato, que se retiraba lesionado al cuarto de hora de encuentro. Entró Simón.

Javi Llabrés, con un disparo alto y Roberto López, con otro raso a la cepa del poste, firmaban los sustos en la portería de un Altube que también quería dejar su puerta a cero. Lo consiguió, en la primera mitad.

A un primer acto más apagado que eléctrico pareció seguirle otro bien distinto. O así parecían avisarlo los dos equipos. El primer en golpear: el visitante. Jugada de estrategia desde la esquina que encontraba la cabeza solitaria de Manu García. ¡Testarazo a gol!

Un minuto. Exactamente 60 segundos. Es lo que duró la alegría en el cuadro jabato. Bolívar, tras un error de entendimiento atrás, se aprovechaba de un balón suelto para empujar -también con la testa- a la red.

Con el empate en el marcador y 40 minutos aún por delante, volvieron los compases de ritmo lento. Solo con los cambios en ambos banquillos se logró agitar de nuevo.

El canterano Nacho Castillo fue quien más lo intento. Primer en una buena acción percutiendo en el área por el flanco derecho y probando a Altube en el primer palo. Después desde medio campo, al más puro estilo Roberto López. Y no anduvo tan lejos…

El propio canterano txuri-urdin, antes de retirarse a su banquillo, estaba a punto de adelantar a los suyos tras un servicio a placer de Salinas que, eso sí, le pilló a contra pie y no acertó a empujar a gol.

Los locales, en cambio, sí iban a aprovechar la suya y Álvaro, en el minuto 88, remontaba el partido con un derechazo cruzado.

No había tiempo para más.

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