Un penalti transformado por Borja Garcés en el minuto 80 de partido ha condenado al Mirandés a una nueva derrota a domicilio. Los rojillos, que sí están dando la cara en Anduva tras un inicio dubitativo, solo han logrado un triunfo fuera de casa hasta la fecha. Una situación que, de no cambiar, les condenará a sufrir hasta el final por mantener la categoría.

Máxima igualada y, por consiguiente, mínimas diferencias. Sola una. Un penalti. Que dictó sentencia a favor del CD Tenerife hoy en el Heliodoro Rodríguez López. 1-0. Garcés.
Encuentro vivo desde el inicio. Los tinerfeños, como locales, lo agitaban de primeras con una buena aproximación de Nacho en el segundo palo al centro colgado desde el otro costado. Replicaba Raúl. Control en el pico del área, media vuelta, varios recortes y zapatazo taponado por la defensa. Solo habían pasado 10 minutos.
El choque perdió en ocasiones, pero no en intensidad. Dos conjuntos muy estudiados que, conforme pasaban los minutos, buscaban la forma de hacerse daño sin, para esto, desproteger su línea defensiva. Etxeberria había puesto de inicio -con ese cambio de esquema a 5-3-2 hoy- sus cartas encima de la mesa. Una variante para buscar esa ansiada victoria fuera de casa. Y a juzgar por lo que se veía, la tenía cerca.
Sipcic, en el minuto 21, remataba fuera de cabeza. Mientras que Gelabert, en el 33, ponía una rosca preciosa desde la frontal que hacía volar a Juan Soriano. Eran arreones alternos en un partido cerrado, pero había peligro real cuando se llegaba a las áreas. Lo mejor es que se veía un CD Mirandés fresco, ágil, dinámico y con razones y fútbol suficiente para llevarse los tres puntos.
La segunda parte arrancó mejor para los intereses locales. Y es que apenas un minuto tardó Aitor Sanz en asomar desde segunda línea para golpear de interior un centro de Elady -recién ingresado al césped- desde la izquierda. Desviado cerca del poste.
En el 53, Pinchi se asomaba en su zona de confort. Pisaba el pico del área y no dudaba en impactar de empeine fortísimo haciendo volar al meta, que desviaba a córner. El choque seguía más igualado que nunca, aunque Juanlu pudo poner la diferencia en el 56. Jugada ensayada desde la esquina que acababa con un balón franco en la semiluna para el lateral sevillano. Golpeaba perfecto, pero el balón se perdía por poco por encima del larguero.
Álex Martín, en el 71, estaba rapidísimo reculando para despejar un esférico en centro chut que cogía portería con muchos tinerfeños merodeando la zona. Sin contemplaciones, adiós al peligro.
Y el partido se rompía definitivamente a diez para la conclusión. Penalti y roja a un David Vicente recién incorporado al duelo. Rectificaba el VAR al colegiado, que acaba por indicar cartulina amarilla, pero mantenía la pena máxima. Borja Garcés no fallaba, pese a un Alfonso Herrero que volvía a adivinar la dirección desde los once metros, como en la jornada pasada.
Ya no hubo más. Ni ocasiones ni prácticamente juego. El partido murió tras ponerse el CD Tenerife por delante, que supo jugar con su ventaja pese a los siete de añadido.