Partido loco y empate para el Mirandés en Leganés. Encuentro de infarto por todo lo que aconteció. Que no debe empañar el buen fútbol de un CD Mirandés superior al Leganés hoy, al que por muchos momentos ahogó. Y es que, al final de la contienda, los rojillos se llevaron un punto siempre positivo fuera de casa. Eso sí, antes de meter el botín en el autobús de vuelta a Miranda, pasaron muchas cosas.

Lo primero, el arranque. De nuevo por debajo desde muy pronto. Juan Muñoz lo hacía demasiado fácil para aparcar el esférico en la red en el minuto 7. A remar. Otra vez.

Y de ponerse el mono de trabajo y remontar este CD Mirandés ya demostró el sábado en Anduva que sabe. Lo hizo, además, desde el buen fútbol. Desde la posesión, desde la combinación, desde el dominio. El antídoto que, apuntaba Etxeberria en sala de prensa en la previa de partido, debía dar su equipo a un rival acostumbrado a llevar el peso del encuentro en un siempre difícil -e inexpugnable para los jabatos- como Butarque.

Roberto López se vistió de anfitrión. Al menos en lo que a ocasiones se refiere, porque en juego siempre estuvo bien flanqueado por los omnipresentes Oriol Rey y Gelabert en esa dupla del centro del campo. Lo dicho: el 21. Probó tres veces y en ambas tres estuvo tan tan cerca que, la cuarta, no pudo tener mejor final, logrando el empate para el Mirandés en Leganés. Le arreó semejante zapatazo a la pelota que el cohete de su bota izquierda reventó el larguero de la portería de un Asier Riesgo que jamás podría haber parado aquel obús. ¡Qué golazo! Un tanto que servía para empatar la contienda en el minuto 37 y certificar así las buenas sensaciones antes de coger el camino a vestuarios.

Roberto López festeja el 1-1 momentáneo. / LaLiga

Y se prolongaron. Las sensaciones y el fútbol de un CD Mirandés desatado. Con algo menos de altura en la presión, pero los jabatos seguían mandando en Butarque. Querían más. Y Juanlu decidió que era el mejor momento para estrenarse en LaLiga SmartBank. Centro raso desde la izquierda de Salinas que recorrió absolutamente todo el área y llegó al otro lateral. El sevillano, casi a placer, ponía el 1-2.

Es irónico, pero ese gol en el 57 acabó con los mejores minutos del cuadro jabato. Y es que cuando tienes el botín en las manos, el miedo a perderlo es mayor que mientras tratabas de alcanzarlo. Es lo que le pasó a los de Joseba Etxeberria, también fruto del empuje de un CD Leganés que no en vano se presentaba como el mejor equipo de la categoría en las últimas nueve jornadas. 

Los locales le arrebataron el balón a los visitantes y fue cuestión de acometidas que llegase el tanto de la igualada. Pero de nuevo, como suele ser habitual esta campaña, llegó de la manera más cruel. Al borde del descuento. O quizás ya con los 90 cumplidos. Raba se inventaba un golpeo de exterior que instalaba el 2-2. 

Alfonso Herrero, ante Naim García en la acción que supuso su expulsión. / LaLiga

El susto no acababa ahí. En el 93, Alfonso Herrero veía la cartulina roja y Raúl Parra se vestía con la elástica del meta al haberse agotado ya los cambios. Con oficio, los jabatos defendieron el empate para que en esos últimos instantes no pasase nada y el equipo sumase, a la postre, un buen punto fuera de casa con ese empate para el Mirandés en Leganés.

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