Miranda de Ebro acoge, durante el mes de octubre, una multiexposición con la mirada del artista riojano Joaquín Fernández Lozano y la madera como elemento. Cuatro establecimientos hosteleros de la ciudad (La Rayuela, La Pepa, Café Rigoletto y Bocca) y la serrería Maderas Susaeta serán los puntos en los que disfrutar de la muestra.

Joaquín Fernández Lozano, nacido en el pueblo riojano de Badarán en 1955, disfrutó de una relación inolvidable con los árboles en su huerto familiar hasta que a los 14 años que marchó a Donostia-San Sebastián, donde durante seis años aprendió mecánica, su afición. Posteriormente se trasladó a Logroño, donde trabajó 37 años en la fabricación de envases metálicos. Una trayectoria que ello se refleja en una obra que comienza a fraguarse tras su jubilación.

Un incidente entre una cosechadora y un cerezo de su huerta, que en su día injertó con sus propias manos, al proceder a hacer leña del árbol caído, provoca que surja la chispa y se sienta fascinado por el color y los veteados del tronco del cerezo al cortarlo a lo largo por su tamaño.

Poco tiempo después vio en una sala de exposiciones cuadros de madera bajo relieve tallados, un trabajo que le gustó. Sin embargo, echaba en falta los colores con los que trabajaba: rojos, verdes, azules… Pero se dio cuenta que aquello era lo que quería hacer.

En la exposición mirandesa se recoge todo lo aprendido en cinco años: utilizar maderas recuperadas para realizar obras de arte perdurables. Maderas que ya no servirán para lumbre evidenciando cómo los árboles contribuyen a la habitabilidad del planeta y las utilizaciones de las distintas maderas.

Fue Arturo Susaeta, gerente de Maderas Susaeta, es el que animó a Joaquín a presentar su obra en Miranda de Ebro. “Me entusiasma la obra de Joaquín, con retazos de madera y con los restos que no quiere nadie, a los que tan solo les quedan pasar por la trituradora y convertirse en virutas”, explica. Pero aparece el riojano “y con su trabajo de hormiguita los recoge y realiza unos trabajos increíbles, le traspasa a la madera unos colores de gran viveza y unos brillos que llaman la atención y hacen que sus obras sean únicas”, apunta Susaeta.

Localizaciones de la exposición:

La Rayuela: se encuentra una trilogía que describen el paso del tiempo, inexorable y rápido.

La Pepa: colección de cuatro cuadros de jarrones con flores, realizados con la técnica de fragmentos de madera recuperada. Uno de ellos se sorteará entre los visitantes de la exposición que vayan a cuatro de los cinco establecimientos.

Rigoletto: se podrá ver su obra marina, los recuerdos y vivencias de juventud que quedan y el mar atrapa.

Bocca: obra relacionada con el campo, en la niñez en Badarán de Fernández Lozano: una relación inolvidable con los árboles, pues una vez plantados, todos los años daban frutos que recogían en familia.

En la Sierra de Susaeta, como la familia Susaeta llama a su aserradero, se podrá ver la evolución de su obra, desde los tonos brillantes que acompañan los comienzos hasta los actuales más apagados.

Opinión de Arturo Susaeta sobre la obra

Arturo Susaeta valora la multiexposición como la posibilidad de disfrutar de una obra muy accesible para todos los públicos, “muy directa porque llama la atención de los más pequeños y gusta también a las personas mayores”, dice. “Lo veo en mi madre, que ya tiene una edad avanzada, y cuando ve sus cuadros le brillan los ojos. Además, sin pretenderlo, el trabajo que realiza gracias a sus volúmenes, brillos y tamaño es muy inclusivo y es perceptible por las personas con problemas de visión”, relata.

Para Susaeta Fernández Lozano es una persona “muy crítica con cómo se hacen actualmente las cosas, es un defensor de la madera que solo preservada como madera es capaz de retener ese CO2 y no como energía renovable que se convierte en biomasa. Hay que defender el arte en madera porque fija CO2, los árboles y su sombre son los principales instrumentos para combatir el cambio climático.

Arturo Susaeta invita a los mirandeses a visitar la obra e ir de ruta por los establecimientos hosteleros y visitar el aserradero para admirar el trabajo de este “viejoven” artista. “Nunca es tarde para descubrir talentos y más aún si con tu obra colaboras a mejorar el medio ambiente”, concluye.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí