Conocido como «el loco del martillo», Agustín Herrero Bedoya, que cumple prisión por el asesinato a martillazos de su mujer en 2017, se sienta este martes en el banquillo para enfrentarse a 36 años de prisión por las agresiones que llevó a cabo de forma aleatoria contra otras dos mujeres.

Cabe recordar que la Audiencia Provincial de Álava ya le condenó en el año 2020 por el asesinato a martillazos de su mujer, Ana Belén, en la localidad de Turiso (Álava). Ahora es la Audiencia de Burgos la que le juzga por dos presuntos delitos en grado de tentativa, que se remontan a los días previos al crimen de Ana Belén, y que se perpetraron con el fin de «enmascarar» el caso de violencia de género que estaba a punto de cometer.

La Fiscalía pide para Herrero 32 años de prisión, 16 por cada una de las dos víctimas, tras calificar las agresiones como intentos de asesinato. Para el Ministerio Público queda claro que, toda vez que Agustín Herrero tenía la firme intención de matar a Ana Belén golpeándola en la cabeza, pensó que agredir a otras mujeres de la misma forma en la zona en la que dejaría su cadáver, le serviría para salir impune. Por su parte la acusación popular eleva la pena a 36 años de prisión, 18 por cada una de las agresiones.

Los hechos juzgados hoy se remontan a la noche del 27 de septiembre, cuando el acusado golpeó a una mujer de 64 años en la calle Condado de Treviño y la dejó tirada en el suelo. Un golpe que bien podría haberle ocasionado la muerte a la víctima. El agresor salió huyendo y la víctima tuvo que ser operada de urgencia en Neurocirugía. Ahora padece secuelas físicas, neurológicas y psiquiátricas.

El segundo ataque llegó seis días después, el 3 de octubre. La víctima fue esta vez una señora de 55 años que estaba sentada en un banco de la misma zona, cerca del puente de Hierro. Fue esta vez por la mañana, a primera hora, y con el mismo modus operandi, abandonando a la víctima en el lugar. También tuvo que ser sometida a cirugía de urgencia y a rehabilitación posterior y, según declara, padece múltiples secuelas tanto físicas como psicológicas.

Ese mismo día, ya con dos casos para enmascarar su acción, mató a su mujer en su domicilio, golpeándola con un martillo en la cabeza. Posteriormente la trasladó al entorno en el que agredió a las dos mujeres, pero fue rápidamente detenido y se pudo vincular esta muerte con las agresiones a estas dos víctimas.

Además de los 32 años de cárcel, la Fiscalía pide una indemnización de 30.000 euros para la primera víctima y 43.000 euros para la segunda víctima por las secuelas sufridas como consecuencia del ataque.

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