El Gobierno de España ha dado un giro de 180% con respecto a la posición histórica que siempre se ha mantenido en cuanto a la cuestión de la independencia del Sáhara Occidental.

El pasado viernes, 18 de marzo, el presidente Pedro Sánchez anunció que el ejecutivo nacional apoya la propuesta marroquí presentada en 2007 ante la ONU, la cual defiende la delegación de competencias como las administrativas, jurídicas y judiciales propias a un pueblo saharaui que se integraría dentro de un estado central que gestionaría cuestiones como la defensa, exteriores, la moneda, la bandera y la religión. De esta forma, el Sáhara Occidental contará con un gobierno propio, pero que será elegido y gestionado por Marruecos.

Desde la Asociación Burgalesa Amigos del Pueblo Saharaui han condenado las declaraciones del presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, quien, según esta formación, «ha cedido al chantaje marroquí» habiendo tomado partido por Rabat, al considerar su propuesta de autonomía, como «la base más seria, realista y creíble para la resolución del conflicto del Sáhara», según comentó Sánchez el pasado viernes.

Por ello, convocan una concentración para el próximo miércoles, 23 de marzo, a las 19:00 horas frente a la subdelegación de la Junta de Castilla y León en Miranda «por respeto al pueblo saharaui y por respeto a la justicia».

En la misma, pretenden mostrar su «repulsa a este intento de cambio de posición del Estado Español», en lo que se considera una traición, y su apoyo al pueblo saharaui y a su «justa lucha» por la independencia de su territorio.

Exigen además el respeto a «la legalidad internacional, las resoluciones de Naciones Unidas, el reconocimiento oficial  de las responsabilidades históricas del Estado Español en el conflicto del Sáhara Occidental y la reparación de los daños» causados a los saharauis.

La Asociación Burgalesa Amigos del Pueblo Saharaui pretende así reafirmar su compromiso con la población saharaui y remarcar sus «justas reivindicaciones frente a injusticias, violaciones, abusos e intereses partidistas y personales», concluyen.

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