Los locales de hostelería y restauración de Miranda de Ebro, al igual que los del resto de la Comunidad, han tenido que echar el cierre este jueves, tras entrar en vigor esta medianoche las restricciones aprobadas por la Junta de Castilla y León para contener el avance del virus, y que afectan directamente a este sector.

De esta forma se establece la clausura de la hostelería y la restauración, salvo en lo que se refiere a comida para llevar y servicio a domicilio. Sí que podrán abrir los restaurantes de los hoteles y otros alojamientos turísticos, siempre y cuando sea para uso exclusivo de sus clientes.

La medida, que por el momento se prolongará 14 días, ha sido recibida con mucha preocupación por parte del sector, que no comparte este nuevo cierre, que afectará a unos 1.000 empleos directos entre autónomos y asalariados. Los hosteleros no saben cuando podrán abrir de nuevo sus negocios, lo que supone no obtener ningún ingreso y seguir pagando los gastos fijos, como el alquiler del local, o la cuota de autónomos.

Los clientes también han recibido esta noticia con resignación, y han apoyado a los negocios hosteleros hasta las 22:00 horas, cuando ha entrado en vigor el toque de queda. Y es que al cerrar los bares y restaurantes se restringe más aún el ocio en la ciudad, pudiendo aflorar otros focos de contagio, como el botellón o las reuniones en domicilios particulares. Esta es una de las quejas de los hosteleros, que advierten de que sus establecimientos «son seguros».

Tanto hosteleros como clientes vaticinan que la medida se prolongará por lo menos hasta el mes de diciembre, más allá de los 14 días establecidos por el momento, si bien esperan que puedan volver a abrir sus negocios de cara a la campaña navideña.

Para mostrar su malestar y reivindicar mejoras y ayudas directas al sector, los hosteleros de Miranda se han sumado este jueves a la manifestación frente a las Cortes de Castilla y León, en Valladolid.

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